Cada vez más gente entrena por su cuenta, ya sea en un gimnasio o en su propia casa. En los últimos años, con la proliferación de centros deportivos low cost, se está implantando más el modelo americano según el cual la cuota del gimnasio te permite utilizar las instalaciones, pero no dispones de asesoramiento ni entrenamiento personalizado. La figura clásica del «monitor» o técnico en fitness, como se le conoce hoy, generalmente no está presente en la mayoría de centros de este tipo.
Aún en los gimnasios más tradicionales, disponiendo de esta asistencia, no siempre podemos contar con su atención de manera constante, ya sea por desidia o por imposibilidad material de atender a un volumen elevado de clientela al mismo tiempo, cosa que es comprensible: no podemos pedir a un solo individuo que explique, supervise, corrija… a un gran número de personas.
Ésto nos lleva a que el usuario se vea en alguna de las siguientes situaciones:
- Es alguien con experiencia y ya sabe lo que hace, por lo que no necesita de la asistencia de un profesional.
- Es alguien con experiencia pero realmente no sabe del todo lo que hace, por lo que sigue indicaciones ocasionalmente de otras personas, o la tendencia habitual de «ilustrarse» en la red.
- Sin experiencia, de manera que va con amistades o parientes y les imita, o se fija a su alrededor en lo que hacen los que parece que saben, o copia lo que ha visto que hace alguien famoso, o hace entrenamientos de algún vídeo sacado de internet, aplicaciones de entrenamiento, etc, etc.
En este último caso, no hace falta decir que las posibilidades de éxito son muy escasas, mientras que las de acabar abandonando pronto, malgastar el tiempo sin conseguir apenas resultados o incluso hacerse daño, aumentan considerablemente. Obviamente, no puedes esperar que las indicaciones de alguien que no te conoce y no ha valorado tu situación, se ajusten a tus necesidades. El problema suele ser que mucha gente lo quiere todo gratis y lo quiere cuanto antes. Y, si lo pensamos despacio honradamente, nos daremos cuenta de que, generalmente, lo que merece la pena, tiene su precio y cuesta alcanzarlo.
UN ENTRENADOR PERSONAL:
- Hará un análisis y valoración de tu condición física y estado inicial.
- Determinará lo que debes y NO DEBES hacer de acuerdo a tus necesidades.
- Tendrá en cuenta lesiones u otros problemas físicos y de salud para adaptar el entrenamiento a tu situación concreta.
- Realizará un seguimiento constante de tus progresos para evitar posibles incidentes.
- Variará tanto como sea necesario la planificación para que que no te aburras ni se detengan tus progresos.
- Logrará compromiso y fidelización por tu parte: si te cuesta dinero, no pierdes el tiempo; si obtienes resultados, te anima a seguir.
- Te motivará y animará a seguir adelante cuando la voluntad decaiga o no tengas buen día, se acabaron las excusas.
¿A qué esperas? Rellena el formulario de contacto y recibirás un cuestionario de evaluación, así como podrás resolver todas tus dudas.
