UNA REVISIÓN AL CULTURISMO

Voy a centrarme en el mundo de la cultura física, el bodybuilding. Después de todo, el método seguido desde hace varias décadas en prácticamente la mayoría de gimnasios de todo el mundo, es 100% culturista, aunque las necesidades de quizá el 80% de los usuarios no tienen nada que ver: tanto en lo referente al entrenamiento, como en el tipo de alimentación seguida. Lo más terrible es la increíble influencia que han tenido estos métodos en la manera de hacer las cosas de tantas y tantas personas -entre las que me incluyo- motivadas pero desinformadas, durante demasiado tiempo. No se nos puede culpar, de todas formas, de esta desinformación, puesto que estamos hablando de una época bastante anterior a la era de internet y el exceso de información que hay ahora, que puede ser incluso perjudicial, si no se tiene el suficiente criterio para seleccionar, administrar y utilizar tanto dato. Teníamos que leer mucho, a veces no en las mejores fuentes (revistas de culturismo) y estudiar, investigar… estudiar, investigar… Y en última instancia, analizar todo lo aprendido, confiar en nuestro juicio y acumular experiencia, que al final es la que pone las cosas en su sitio. Mucho de lo que aprendí en los primeros años, hasta que pude empezar a ilustrarme y formarme como es debido, fue poniendo en práctica lo que nos enseñaban en los gimnasios, siguiendo las rutinas de la época, siendo muy críticos, tirando de sentido común… hasta que poco a poco fui centrándome por el buen camino y desarrollando el método que sigo hoy.

Quiero dejar muy claro lo siguiente:

El sistema que se popularizó en los 60, llegó a la cima en los 70 y que permanece hoy en día y es seguido en todos los centros de fitness del mundo, conocido como «SISTEMA WEIDER» (en otra ocasión diré lo que me parece este individuo y el imperio que construyó), está basado en los culturistas de competición. Un mundo muy diferente [artículo] del que habita la mayoría de personas.

Este señor, se atribuyó una serie de principios a los que bautizó con su nombre y los supo vender como un método propio e indiscutible, como la única manera válida de entrenar. Y aún peor: nos convenció de cuál se supone que era la mejor manera de alimentarse (5-6 comidas al día)  y nos creó la necesidad de tomar suplementos (productos que su marca te vendía generosamente). Puesto que, durante bastantes años, tampoco había muchas más marcas donde elegir, el negocio era redondo.

Lo que más me irrita y me avergüenza es que, a lo largo de mucho tiempo, como trabajador de la industria del fitness, yo mismo he recomendado y pregonado, no tanto la manera de entrenar -que en mi caso adapté a algo bastante más razonable para la persona media- sino la dieta que había que seguir. Cuántas veces he aconsejado a alumnos de todo tipo la necesidad de ingerir una pequeña cantidad cada 3 horas o menos, vivir en esa esclavitud dependiente de tu siguiente comida, poca grasa, mucha proteína y bastantes hidratos. ¡QUÉ EQUIVOCADOS ESTÁBAMOS!

El hecho es que, principalmente debido a este tipo de alimentación, por más sacrificios que hice y dedicación que presté, durante más tiempo del que quiero recordar, no voy a decir que estuviera gordo, pero a menudo me encontraba pasado, pesado e hinchado. Lo que no sé es cómo conseguí llegar tan lejos en cuanto a resultados, supongo que la disciplina al final tiene su recompensa. Tampoco quiero decir que absolutamente todo estuviera terriblemente mal, solo que parte de lo que hacíamos no era lo más inteligente ni productivo para seres «normales».

Cuánto daño ha hecho el culturismo.

Cuánto tiempo perdido, cuánta información poco apropiada y métodos inadecuados para gente que NO TOMA ESTEROIDES. Porque, digámoslo ya, aunque dudo que a estas alturas haya mucha gente dedicada a esta actividad que no lo sepa: EL CULTURISMO DE COMPETICIÓN ESTÁ BASADO EN LA AYUDA QUÍMICA. Si a alguien le molesta, lo lamento mucho, pero no es ninguna mentira. No digo que no trabajen duro, que no sea respetable, que no tenga su mérito. De hecho, es posible que sea una de las actividades más sacrificadas y poco reconocidas a las que te puedas dedicar.

Durante muchos años, fui muy seguidor del mundillo. Como explicaba Schwarzenegger, nadie cuestiona a un artista cuando pinta, o a un piloto cuando corre. Nadie critica sus motivos ¿Por qué debería cuestionarse a un artista físico por el hecho de tratar de construir el mejor físico posible? Siempre defendí esta postura, pero porque en el fondo pensaba que no se trataba de mera apariencia: había un gran trabajo en la sala de pesas detrás, había una capacidad física tras esos músculos enormes.

O debería haberla.

Yo, al menos, la buscaba. Pero había tantas cosas que no me cuadraban, que de manera lenta pero imparable, fui alejándome del estilo de vida culturista, buscando OTRA COSA. Buscando lo que había querido desde los inicios, lo que me llevó por primera vez a un gimnasio con apenas 17 años, después de otros 3 o 4 años de «pajarear» con otros deportes que no me acababan de aportar lo que yo quería. A fin de cuentas, aunque en su momento me gustara verlos, mi objetivo no era subir a un escenario untado en tinte y aceite, a exhibirme. (Insisto en que NO LO CRITICO y me parece altamente respetable que los que se dedican a ello, decidan hacerlo). Símplemente, me di cuenta de que ese no era mi juego.

Lo que intento decir con todo ésto, es que EL MÉTODO CULTURISTA TRADICIONAL, no es el más indicado, eficaz, ni probablemente sano, para LA MAYORÍA de personas. No significa que nadie puede mejorar, ni que no sirva para nada. Símplemente, creo firmemente que NO ES LA MEJOR MANERA DE ENTRENAR para el atleta natural. Y sí, con «natural» quiero decir sin ayudas químicas. Incluso esos portentos genéticos, que sin necesidad de tomar nada, hagan lo que hagan consiguen resultados (cómo los odiamos todos), se beneficiarían entrenando de una manera más sabia y, sobre todo, más sana.

¿Y cuál es este método culturista del que hablo? Es el que, con toda probabilidad, estáis siguiendo CASI TODOS. Independientemente de vuestros objetivos, tanto si solo queréis mejorar vuestra apariencia, como poneros -aparentemente- realmente fuertes, tremendamente estupendas, o símplemente hacer un poco de ejercicio o estar en forma. El sistema de trabajo que se sigue en la inmensa mayoría de centros de fitness, la tabla que te pone tu monitor cuando empiezas y te cambia -con suerte- cada 6-8 semanas (por desgracia, a menudo ocurre que ni en todo el año).

Es…

  • Esa rutina que, con un poco de suerte, contiene algunos ejercicios básicos con peso libre y después está aderezada con varios movimientos de aislamiento, preferentemente en máquinas guiadas.
  • Es la clásica división en PECHO/BÍCEPS, ESPALDA/TRÍCEPS, HOMBRO/PIERNA y múltiples variantes de lo mismo, que se repite semana tras semana, en el caso de los hombres; para las mujeres, un poco de TORSO/PIERNA/GLÚTEO… repetir hasta el aburrimiento. Para todos: ABDOMINALES (perjudiciales a tope para la columna lumbar), si apetece.
  • Es el método en que, generalmente, la única manera de progresar consiste en meter más peso (válido y muy necesario, pero no único ni infalible), y sobre todo, aumentar cada vez más el volumen de trabajo: más ejercicios, más series…
  • Es el sistema en el que se trabaja a bajas repeticiones para fuerza, moderadas para «volumen» y altas para «quemar» (¡ERROR!); en el caso de las mujeres, muchos ejercicios de aislamiento para casi exclusivamente hacer solo glúteo y pierna, y altas repeticiones sin parar para «tonificar» y perder volumen (si supiérais que así se consigue justo lo contrario de lo que buscáis…)

Por suerte, actualmente las cosas han cambiado y cada vez más gente hace las cosas mejor, especialmente las mujeres, que por fin han quitado el miedo a entrenar como es debido y han dejado atrás muchos temores infundados. Sin embargo, esa manera de hacer las cosas de la que hablo, sigue siendo muy habitual para una gran mayoría.

Lo preocupante es que ese método tan utilizado y aceptado, tiene serias CARENCIAS:

  • No es nada, o muy poco FUNCIONAL. Es triste que para un público que en su mayoría busca sentirse mejor, estar en forma y puede que mejorar un poco su aspecto, se utilice un método que, en cuanto a rendimiento físico, deja mucho que desear y en cuanto a mejoras estéticas visibles, a no ser que se acompañe de una alimentación impecable, de poco servirá.
  • La selección de ejercicios y el esquema de series-repeticiones que acostumbra a utilizarse, responde a unos protocolos básicamente de hipertrofia, efecto que en teoría mucha gente no busca (en realidad sí, pero no lo sabe). Más grave es en el caso de las mujeres, que el trabajo pesado y explosivo que tratan de evitar a toda costa, por miedo a «ponerse demasiado grandes y parecer hombres», es justo lo que necesitan para ese físico atlético, delgado y tonificado que persiguen.
  • No contempla, o lo hace de forma equivocada o insuficiente, el acondicionamiento cardiovascular. No: hacer un rato de cinta, bici, elíptica… no es hacer cardio. Técnicamente sí lo es, pero no va a mejorar sensiblemente tu resistencia, ni tu capacidad de trabajo. Y especialmente, para quien pasa hasta horas de aburrimiento a medio gas haciendo entrenamiento aeróbico pretendiendo perder peso, no es la forma más eficiente de quemar grasa.
  • No incluye, por norma general, ningún movimiento explosivo, ni trabaja la velocidad. No se realizan levantamientos olímpicos en ninguna de sus variantes. No se entrena la POTENCIA.

Probablemente me deje algo, pero a grandes rasgos, es un buen resúmen de cómo está el percal. Como digo, estoy hablando en términos generales y es bien cierto que cada vez más centros trabajan de manera eficaz, más gente entrena mejor y la expansión de métodos como el cross training y sistemas parecidos, han puesto un poco de órden y fundamento en la forma de entrenar y obtener RESULTADOS.

Personalmente, no reniego de mi pasado de «culturista aficionado», o más bien «aficionado al culturismo». En su momento, me aportó mucho y, en cierto modo, ha sido parte de lo que soy actualmente. Agradecería haber sabido mucho antes tantas cosas que conozco hoy, me habría evitado años de frustración, esfuerzo inútil, falsas expectativas, sacrificio improductivo, ejercicios mal hechos y lesiones. Y sobre todo, la sensación de «algo se me escapa, me falta algún detalle importante» que me acompañó durante años. Pero de todo se aprende y también es verdad que de las equivocaciones se puede sacar mucho. Como mínimo, mucha disciplina y valorar lo que cuestan las cosas, trabajo duro. Por lo pronto, el beneficio es tanta información de la que vosotr@s podéis beneficiaros ahora para no cometer los mismo errores, si podemos evitarlo.

1 comentario en “UNA REVISIÓN AL CULTURISMO”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

error

¡COMPARTE!