Muy sencillo: PORQUE NO LO ERES 
¿Para qué aniquilar el cuerpo como si quisieras ganar una competición, si lo único que quieres es estar en forma y parecerlo?
Deja de entrenar como los campeones y utiliza un método que te sirva A TI.
¡HAZ LAS COSAS BIEN! EMPIEZA AQUÍ Y AHORA
Vamos a asumir que perteneces al grupo de la gran mayoría, como casi todos nosotros. Te voy a decir lo que nos diferencia de la alta competición:
- Esta gente tiene una genética excepcional que les lleva a destacar en lo que hacen. Habrá expertos que estarán de acuerdo o no, pero opino que hay cualidades innatas que se manifiestan antes o después, que facilitan que uno tire hacia aquí o hacia allá y haga un buen papel. Contra ésto no se puede luchar. No es una excusa para no trabajar duro escondiéndose en una mala genética, pero en cuanto a si un campeón nace o se hace, el que ha nacido con buenas condiciones, si trabaja lo mismo que tú, puedes estar seguro de que te arrollará. «La vida es injusta» -dirás. Cierto: y unos nacen altos y otros bajos; algunos conservan su pelo y otros lo pierden rápido; existe gente odiosa que come lo que quiere y no engorda, mientras que otros no podemos pasarnos dos veces seguidas porque lo pagamos rápido… Busca el ejemplo que quieras. Sí, la vida es injusta. Comprende lo que tienes y te ha tocado y trabaja con ello.
Al márgen de la genética, sí es verdad que si todos tuvieran la oportunidad de desarrollarse atléticamente por igual desde niños, es posible que las cosas estuvieran mucho más igualadas en la edad adulta pero, por desgracia, es algo que no se fomenta en edades tempranas todo lo que sería deseable.
El asunto es: no todos queremos competir en nada, ni ser profesionales del deporte. Muchos solo queremos alcanzar el máximo de nuestro potencial, estar sanos, vernos bien y tener una forma física y capacidades por encima de la media. Y aunque es cierto que el hecho de medirte contra otros, ya sea subiéndote a un escenario a posar, compitiendo en powerlifting, o haciendo la actividad que sea, es un estímulo importante -y respeto a quien decida hacerlo y le animo a ello- el principal problema que veo es que, a menudo, cuando lo que importa es ganar, suele haber algo muy importante que perder: LA SALUD. No nos engañemos, competir puede ser muy bonito y satisfactorio, pero cuando se llega al extremo de lo que una persona puede hacer, la salud se resiente.
En el extremo contrario, en lo que no debemos caer, al menos si tenemos unas aspiraciones mínimamente serias, es en una falta de esfuerzo, de dedicación, de planificación y de disciplina, que por desgracia veo con frecuencia en personas que, según sus declaraciones, solo quieren estar un poco en forma, «sin ponerse demasiado» y lo utilizan como excusa para saltarse entrenamientos día sí-día también, entrenar casi exclusivamente en maquinitas guiadas, mover cada año los mismos pesos de mierda y comer «natural» (su concepto de natural es: lo que les gusta y apetece, sin privarse -dulces y bollería, fritos, cervecitas, etc-). Vamos, que no quieren seguir ninguna dieta «especial». Este tipo de usuarios acostumbran a invertir la mayor parte del tiempo en el gimnasio en la bicicleta estática, elíptica y similares, haciendo «cardio» (la intensidad dudo que pueda cubrir ni siquiera las necesidades cardiovasculares) porque, según ellos, así «queman más».
Bien, tal vez sea mejor éso que nada, no lo discuto, pero siento decir a este tipo de usuarios de instalación deportiva, que NO. Que aunque digan en su cabeza que no quieren ponerse demasiado fuertes, me apuesto 5 kilos de músculo a que la imágen mental que tienen de si mismos, lo que les gustaría ser capaces de hacer y el aspecto que les gustaría tener, se parecen más a lo que se ha ganado la gente que entrena duro y se cuida, que a lo que tienen. Supongo que piensan que es algo que está fuera de su alcance y no merece la pena ni intentarlo. O tal vez creen que podrían, pero saben que no tienen lo que hay que tener para conseguirlo:
VOLUNTAD Y DISCIPLINA
MÉTODO Y DEDICACIÓN.

Dejad que os diga algo: puede hacerse y aunque, como todo lo que merece la pena, requiere sacrificio, sobre todo al principio, después no es tan terriblemente duro como parece; de hecho, una vez dentro de la disciplina, lo duro es no seguir. Y ésto es válido tanto para hombres como para mujeres y para cualquier edad.
- Viven para su actividad. Seamos realistas: una persona con cargas familiares, estudios, jornada de trabajo, problemas de la vida diaria….no puede prestar la dedicación necesaria a un deporte para sobresalir realmente. En el mejor de los casos, lo tiene muchísimo más difícil. Un atleta profesional está dedicado al cien por cien a su deporte. Tiene a un equipo de profesionales detrás velando por su progreso, planificando su entrenamiento, mimando cada detalle de su preparación, cuidando de su recuperación. Una persona normal, no tiene todo ésto. Para un profesional, su deporte es su trabajo, vive de ello.
- Ayuda química. ¿Recuerdas el equipo de profesionales de los que hablaba, trabajando para el deportista de alto nivel? Entre ellos hay médicos. Y sí, por mucho que nos lo nieguen y nos traten de convencer del mundo ideal del deporte limpio, hacen algo más que cuidar de su salud, impedir que se lesionen o tratarles cuando lo han hecho. La élite se droga -no confundamos a estas alturas doping con suplementación (proteína, creatina, bcaas…), no es ningún secreto y en realidad casi todos lo saben. Lo que pasa es que no se puede decir. Que cada cual haga lo que quiera y piense lo que quiera. Pero, centrándome en el mundo del hierro, que es el que vivo más de cerca, hay algo que sí me parece realmente molesto, que puede ser muy frustrante para el novato que no sabe. Es un comportamiento falso y poco ético.
Y con ésto me refiero:
-por un lado, a la publicidad. Todos hemos visto el típico anuncio de suplementos en el que sale un culturista de competición sujetando el producto y levantando el pulgar con una sonrisa de anuncio de dentífrico (IT WORKS!) asegurando que su increíble desarrollo, su bajísimo índice de grasa corporal, etc. se los debe a esa marca (todos sabemos que es mentira, ¿no?) No, no se ha puesto así por tomar proteínas, ni quemagrasa, ni el suplemento que quieras. Lo que ha tomado de verdad, no te lo dice. ¿Que ciertos suplementos pueden ser útiles? Sin duda. ¿Que míster maravilloso toma esos productos y le van bien? No seré yo quien lo niegue. ¿Que gracias al producto anunciado, un tío de 1,76cm. pesa 98 kg. con un 8% de tejido adiposo? MENTIRA, coño. No nos toméis tanto el pelo, por favor. Me parece estupendo y respetable el hecho de que un indivíduo, por unos ideales concretos, la ilusión de competir o los motivos que tenga, decida utilizar esteroides o la sustancia que sea; también me parece lícito que no esté obligado de ninguna manera a confesarlo ni contarlo a todo el mundo; pero, si estás transmitiendo un mensaje o pretendes ser algún tipo de ejemplo o referente, NO NOS MIENTAS A LA CARA. Una cosa es callar la realidad y otra hacer afirmaciones falsas.
Por desgracia, la HONESTIDAD y el DINERO, no suelen ser buenos compañeros.
-por otro lado, la lamentable «preparación» que llevan a cabo muchos presuntos entrenadores con gente normal. Entiendo que, a los ojos del novato, ver un individuo con una apariencia impresionante le haga suponer que sabe mucho y que conseguirá ponerle como él ó ella. No nos equivoquemos: lo mínimo que espero de alguien con conocimientos, es que su rendimiento (sí, quiero verle en acción, no solo sus fotos vistosas, quiero saber de lo que es capaz) y su aspecto físico, demuestren los resultados que vende. Aunque es cierto que puedes saber mucho y ser un entrenador muy válido y eficaz aunque no lo parezcas, yo creo en predicar con el ejemplo. Y si no lo demuestras con resultados visibles en tu propia persona, no es creíble. Piensa en el médico que te dice que dejes de fumar -cosa que espero que no estés haciendo- o que te dice que no comas mucho cuando su barriga apenas cabe tras la mesa; o que te critica por hacer pesas y te pregunta qué pasará el día que lo dejes, cuando su aspecto de tez amarilla, su panza prominente y los sonidos de estar a punto de romperse que emite al moverse en su silla, no son precisamente un ejemplo de vida saludable (ésto último me ha pasado). Pues… muy inspirador no es: vaya usted a dar consejitos a otra parte. El problema es que tu mentor tenga muy buen aspecto, pero no los conocimientos suficientes para ocuparse de una persona normal como tú. Y lo más grave es que buena parte de esa apariencia que te ha enganchado y te ha llevado a elegirle para poner tus ilusiones en sus manos, sea fruto del doping.
¡Cuidado! Con ésto no estoy diciendo que toda la gente muy en forma se drogue, ni que ninguno tenga ni idea. A veces, la gente que no consigue sus propósitos, en su frustración, tiende a descalificar implacablemente al que triunfa. Quiero creer que la mayoría se lo ha ganado limpiamente. Pero, hay gente de la que menciono, que no vive en el mundo real, no conoce las verdaderas necesidades de una persona con una genética corriente o incluso mala, o con un estilo de vida o trabajo poco propicio para dedicarse con éxito a labrarse un físico. Hay personas a las que prácticamente cualquier cosa que hagan les funciona, no necesitan planificar, ni periodizar, ni siquiera comer bien (y sí, insisto: las hay que lo hacen todo estupendamente y por eso tienen buenos resultados). Pero, por desgracia, miles y miles de personas en el mundo malgastan años e incluso décadas, siguiendo el ejemplo, las dietas y los sistemas de entrenamiento de gente en una situación de ventaja, para acabar frustrados, desmotivados y, a menudo, lesionados.

Probablemente, no puedes ni debes entrenar como ellos. ¡Haz las cosas bien! Encuentra lo que te funciona a TI.
Sigue un buen MÉTODO, que además de mejorar tu aspecto y capacidad, mantenga y mejore tu SALUD.
¡ENTRENA BIEN!
